A la orilla del mar

A la orilla del mar sentí tus besos,

me envolvió la marea de tus manos,

junto a tu boca susurré  tu nombre,

y un te quiero escribí en la blanca arena.

Se borraron tus huellas con el soplo

álgido de tus falsos juramentos,

y de mis lágrimas brotaron negras

pesadumbres, sin  júbilos ni cura

para mi desengaño.

Perdí la brújula de mi inocencia

y como  desdichada peregrina

voy buscando tu nombre entre las olas.

Tu adiós

 He perdido la ilusión por las veredas del tiempo,

mi ánimo ha fenecido tan raudo como tu adiós.

El hielo de tu disculpa hiere como daga incandescente.

¡Ay, qué profundo es mi pesar cuando te pienso!

Trago una lágrima que gravita en mi garganta

y como una espina raja mi pecho.

Afilado bisturí que muerde mi cobardía.

Dolencia que se refugia en el delirio y la fiebre

de pensarte … y no tenerte.

De amor muero

Allí, junto a tus versos, de amor muero, 

muero de amor, tu nombre entre mis labios,

labios que buscan tus ardientes besos,

besos que saben cual la dulce miel,

miel de las flores dulce del romero,

romero de los montes, leve fragancia,

fragancia que penetra en todo mi cuerpo,

cuerpo que añora mimos de tus manos,

manos que adoro, manos que venero,

venero los latidos de tu sangre,

sangre prendida en ascuas del deseo.

Barquero, cuida tu barca

 Barquero cuida tu barca

que ha bajado la marea

y ha quedado tu barquita

encallada en las arenas.

Pintando el día de aurora

la mañana se despierta

y encuentra tu barca sola.

Barquita, qué triste estás

que no te agitan las olas

a la orilla de la mar.

Barquero, barquero, dime,

Dime cuál  fue su pecado

que los remos que la mecen

los dejaste abandonados.

Usa tus remos, barquero,

que tu barca está dispuesta,

¡dale la vida de nuevo!

Malherida

De mi jardín tu presencia

se esfumó como el perfume

de la rosa que presume

de su eterna permanencia

mas sabe por experiencia

que se acaba su aventura.

¡Dios, qué existencia más dura!

¿Por qué si te di la vida,

me dejaste malherida

cavando  mi sepultura?

Nunca sabrás

Me aterra morir

bajo las frías sábanas

de una noche cualquiera,

sola, con los puños cerrados

y la angustia en el alma,

sin ver tus ojos mientras agonizo.

Nunca sabrás que lo último

que pronuncien mis labios

será tu nombre.

Y allí donde te encuentres

notarás mi aliento en tus carnes

y se truncarán tus alegrías,

pero será un instante, tan fugaz

como mi último suspiro.

Alguien te dirá… ¡Murió a tal hora!

Quizá, sólo quizá, entonces,  recuerdes

quién fui verdaderamente,

y un lamento te rasgue las entrañas.

Pinta mis ojos

Pinta mis ojos con azul de cielo,

regálame la luna,

que mañana la prenderé en mi  pelo.

No quiero más fortuna

que tus labios de dulce caramelo

y  amargor de aceituna.

“Entúrbiame los ojos con tu canto”

y cúbreme de estrellas,

y no mires mi rostro con espanto

que mis surcos son huellas

del dolor y profundo desencanto

que dejó tu querella.

Mil veces me llamaste pobre loca

con tus gritos de trueno

crueles y duros, como dura roca

incrustada en mi seno,

y enloquecí  con besos de tu boca

que fueron mi veneno.

Aquí me tienes

Aquí me tienes, atada a la nostalgia,

como cristal partido en mil pedazos.

Las aristas se clavan en mi pecho

como cuchillos encendidos, como

flechas envenenadas con cicuta.

El corazón me sangra por la herida

que no cierra, a pesar de los pesares

con afán voy buscando tu cobijo,

con las manos vacías me sorprendo

de tanto, tanto anhelo masacrado.

La noche es enemiga de mis sueños,

me lleva por el filo de las horas

con los puños cerrados y los ojos

cansados por el llanto que me rompe,

y, al despertar… reniego de mi estrella.

Galopa

Galopa corazón mío

galopa y cuéntale al viento

el porqué de mi Tormento

en este otoño sombrío.

Dile que muero de frío

y que me hiere su ausencia,

que me mata la demencia

de no sentir su caricia

y que lloro la injusticia

de vivir sin su presencia.

Abre los ojos

Abre los ojos,

porque las aguas mansas

también traicionan. 

Ladrón de sueños

Ladrón de sueños,

mi corazón robaste

con una rosa

Aflicción

Aflicción, huye,

aléjate de mí

que te detesto.

Rosa invernal

Soy del mundo ciudadana

y  a espuertas tengo la sal,

soy una rosa invernal

autónoma y soberana.

Soy poeta y hortelana

dueña de la primavera.

Perseverante y sincera,

mi bagaje es valentía,

y regalo mi poesía

a todo aquel que la quiera.

"LA bruji"

Soy la “Bruji” de la escoba

la coqueta presumida,

la docta desconocida,

la dicharachera y boba.

La que con letras engloba

ingenuidad y cordura.

Soy dureza y soy dulzura

soy abrigo y frialdad

la que cree en la amistad

y la plasma en su escritura.

Hayku

Mi desnudez

la alumbra entre las nubes

la luna llena.

Hayku

Ola impulsiva,

atrapas mis sentidos

con sal y espuma.

Hayku

Ay, corazón,

no dejes de latir

porque me muero.

Hayku

Me aprisionaste,

oleaje bravío,

entre tus garras.

hayku

Se fue la noche

de ensueños y embeleco

aciago el día.

hayku

Furioso el mar

me atrapó el corazón

entre sus olas.

Hayku

Entre mis versos,

se me perdió una rima

la de tu boca.

Hayku

Curé tu herida

y ante la libertad

volaste raudo.

hayku

Sueño despierta

y un poema en mis labios

por ti florece

Baladilla de una pena

                       

Tengo el corazón sembrado

de penas y sinsabores…

Una amargura en los labios,

lágrimas a borbotones

que salen de mis entrañas

sin que en mis ojos se note.

Llevo un puñal en el alma

con filo de plata y cobre

y en la boca una mordaza

y en la frente decepciones.

Llevo en el cuerpo una herida

modelada a desgarrones,

que la arrastro a flor de piel

pero que nadie conoce.

Tengo el corazón sembrado

de penas y sinsabores…

Naufragio

 Me atraes a tu playa sin remedio

con la marrullería de tu canto.

Me arrojo al mar sin brújula y sin barca,

cabalgo entre las olas a lomos de un poema,

y sollozo en el lecho del  naufragio

perdida en la marea de mi angustia

porque entre el desconcierto de versos omitidos

únicamente alcanzo a contemplar

la sombra de tu espalda.

Mi doctrina

                                                   

No tengo más doctrina que tu boca,

mi credo son tus labios, y tus besos,

y muero por tenerte entre mis brazos

bajo el gris desolado del invierno.

El frío se eterniza en mi tejado

recubriendo mis noches de silencio,

a gloria ya no suenan mis campanas

ni fulgen las estrellas en mi pecho.

¡Qué camino más largo hasta tus manos,

cuánta espina clavada entre  mis dedos,

qué senda  tan estrecha hasta tus ojos,

cuántas rosas marchitas en mi pelo!

Vago en la inmensidad de mi delirio

los pájaros detienen su aleteo,

ya no oigo los susurros de sus cantos

¡sólo oigo... los ladridos de los perros!

Coronas de laureles me ceñiste

Coronas de laureles me ceñiste

la luna me alcanzaste en un momento

de gemas me erigiste un monumento

y un mundo sin fronteras me ofreciste.

Mi voluntad de un sorbo la absorbiste,

creyendo en tu palabra y juramento.

Tus promesas se fueron con el viento

y en un cambio de rumbo me vendiste.

Percibí de tus labios la salmuera

padecieron los míos el asombro

y tus farsas mi vida devastaron.

Las lágrimas tragué de mi ceguera

el monumento se trocó en escombro.

y mis cimientos se desmoronaron.

Ya no alumbran las farolas

Ya no alumbran las farolas

ni se ríen las estrellas

ya se perdieron tus huellas

cabalgando entre  las olas.

Mis remembranzas a solas

se pierden entre la bruma.

Y poco a poco se esfuma

tu palabra lisonjera

apagándose  la hoguera

en los versos de mi pluma .

Quiero vivir en tu pecho

Quiero mirarme en tus ojos

quiero vivir en tu pecho

quiero meterme en tu lecho

y que cumplas mis antojos.

Quiero quitar los abrojos

que aparezcan en tu vida,

y quiero que nada impida

ser por tu voz arrullada

y quedarme enamorada

 entre tus brazos dormida.

Andaluza y catalana

Andaluza y catalana

estirpe de reina mora,

con su donaire enamora

y su sangre astigitana.

Bella aurora en la mañana

rayo de sol por el día.

Con orgullo y alegría

en los poros de su piel

dejé grabado a cincel

el arte de Andalucía.

Me tienes encadenada

Me tienes encadenada

a la savia de tu boca

a tu apostura de roca

y al dominio de tu espada.

La fuerza de tu mirada

me penetra hasta en los huesos.

Amo tus labios traviesos

que me suben al espacio,

y soy  reina en tu palacio

coronada con tus besos.

No permitas

Que  no pisen tus anhelos

que no gobiernen tus pasos

que no te arranquen los sueños

con trapaceros engaños.

Sé acero con la injusticia,

¡el halo para los santos!

No permitas que te dañen

con dramas y cuentos vanos.

Que nadie te coaccione

con las fechas del pasado

y cúrate las heridas

que te fueron asestando.

Aprende a soñar de nuevo

y sube nuevos peldaños

porque la vida es muy corta

para vivirla penando.

Rosario Bersabé Montes

Te ensalzo en mis desvaríos

Te aguardaré en mi aposento

cuando luzcan las estrellas

para que dejes tus huellas

en mis labios con tu aliento.

de tus besos me alimento,

te ensalzo en mis desvaríos.

Bebo en tus labios bravíos,

y no quiero más fortuna

que ver tus ojos de luna

reflejados en los míos.

A solas (Del libro "De roca y yerbabuena")

Busco a solas las llaves oxidadas

de mis recuerdos vanos,

encerrados a cal y canto, ocultos

en la profundidad de la apatía.

Afanes de ideales

que entre  yermas quimeras  se perdían,

pasando entre los dedos como el trigo, 

cayendo grano a grano, día a día, 

en el vértigo amargo

donde reclamo abrigo

para mi sed, mi frío y mi agonía. 

(Agosto 2007)

Invierno

Te sueño volcán incandescente,

me transportas

a la llama de tu fuego

que me convierte en ceniza.

Voraz pruebo el licor de tus labios

y ya no quiero despertar.

Pero… despierto, y noto

que el invierno  es crudo,

y la soledad, una loza helada

que me oprime y que me ahoga.

Y de un  sorbo bebo el acíbar

que dejó tu ausencia entre mis labios.

Todo y más

Eres poema, canto y melodía

agua y rocío de mi palpitar

pulpa de pámpano, mi luz y guía

mi capilla, mi cáliz y mi altar.

Eres el fuego de mi noche fría

eres brisa en mi eterno caminar

eres el verbo donde moriría

y el aroma fragante de mi hogar.

Eres la copa ardiente de mi vino

en la que bebo sin moderación

eres mi fe, mi vida y mi alimento.

Eres el dios que rige mi destino,

ardoroso y triunfal en mi aposento

dueño absoluto de mi corazón.

En brazos del olivo

Tienen tus brazos la sal

de exquisita bailaora

y todo tu arte aflora

en tu pose magistral.

Con sonrisa angelical

luces todo tu atractivo.

Tu cuerpo, bello, expresivo,

irradia sal y armonía

Impregnado de energía

de los brazos del olivo.

Vuela tu bata de cola.

 Reina de danza española

con tu arte y genio innato

al golpe de tu zapato

vuela tu bata de cola.

Te circunda una aureola

naranja y rojo pasión.

Madrigal de la expresión,

emperatriz de la escena,

tu taconeo resuena

con coraje y precisión.

Campeón

Cuando te ven campeón

te aplaude el mundo rendido

pero si te ven vencido

de ti se ríe hasta el bufón.

La vida es un escalón

para caer y  trepar

por eso no hay que llorar

ni rasgarse vestiduras

que el que sube a las alturas

también tendrá que bajar.